Durante los últimos años se han popularizado los dispositivos móviles inteligentes, las redes sociales y el Internet de las Cosas. Esta tecnología genera cada día 2.500 millones de gigabytes de datos. Esto es la misma cantidad de información que si repartiéramos 170 periódicos cada día a cada mujer, hombre o niño de este planeta.
Toda esta información –en todos los formatos: vídeo, audio, texto en libros, en posts, en blogs, en redes sociales, en bases de datos de empresas, en sensores en la calle…- requiere de herramientas analíticas capaces de analizar su enorme cantidad y variedad de formatos. Esto es solo posible con la computación cognitiva. ¿Por qué? Porque hasta ahora los sistemas tradicionales -potentes herramientas de cálculo- solo podían analizar la información estructurada y almacenada en las enormes bases de datos empresariales. Con la computación cognitiva la nueva era comenzó. No hay vuelta atrás. En algún momento de estos últimos años la humanidad fijará el punto de inflexión, y habrá un antes y un después en la relación entre los seres humanos y las máquinas pensantes.
La era de la Computación Cognitiva
Cada vez existen más soluciones de negocio innovadoras basadas en la computación cognitiva, y es que los inversores están financiando startups dedicadas a este tipo de computación, y las empresas de tecnología se están moviendo rápidamente para crear valor en esta área emergente. IBM Watson es la propuesta de la gigante multinacional IBM de cara a la nueva era de la Computación Cognitiva (CC), término que se refiere a las tecnologías de Procesamiento de Señales e Inteligencia Artificial con el objeto de imitar funciones del cerebro humano, como percibir e identificar estímulos, razonar, entender y responder a estos estímulos.
Actualmente las plataformas de Computación Cognitiva incluyen Machine Learning, Razonamiento, Procesamiento de Lenguaje Natural, Reconocimiento de la Comunicación Verbal y Visual, Interacción Hombre-máquina, Generación de Diálogo y Narrativa, entre otros servicios.
Muchos de los fundamentos teóricos y algoritmos detrás de la Computación Cognitiva no han cambiado tanto en los últimos años. Es la capacidad de cómputo y el entrenamiento continuo lo que a fin de cuentas da origen a modelos más precisos, veloces y con probabilidades cada vez más altas de producir respuestas similares o incluso mejores a las de los seres humanos.
Una de las diferencias de Watson con respecto al resto de las iniciativas de Inteligencia Artificial es que el origen de su aprendizaje no está fundamentado en el procesamiento de datos estructurados como bases de datos, archivos JSON u otros, sino en los datos no estructurados.
Estos datos son escritos y generados por seres humanos en su comunicación cotidiana y natural, información proveniente de tuits, correos electrónicos, artículos periodísticos, novelas; así como fotografías de la familia, de mascotas, de las vacaciones, letras de canciones, en fin, expresiones naturales de personas reales.
La Inteligencia Artificial versus Inteligencia Humana
En el show de la televisión estadounidense llamado Jeopardy, en el año 2011, IBM Watson demostró su potencial luego de tres emocionantes días de participación en contra de los dos mayores ganadores históricos del programa.
Jeopardy es un juego de agilidad mental por turnos en el que se van mostrando respuestas a preguntas que los jugadores deben descubrir. Ver a estos dos jugadores con impresionante habilidad competir en directo contra Watson, mientras sus desarrolladores presencian emocionados su desempeño en el juego, es simplemente inspirador.
Finalmente, Watson terminó por batir a los otros dos jugadores en última instancia, ganando la suma de USD 1,000,000 que fueron luego donados a obras benéficas en nombre de la ciencia. De esta manera IBM mostró al mundo el asombroso potencial de la Inteligencia Artificial y la Computación Cognitiva.
En conclusión
Debido a que IBM Watson esta basado en información no estructurada, logra entender las intenciones, entidades y flujos de comunicación naturales que hay en una conversación o un texto significativamente grande. Pero no sólo reconoce de qué se habla sino que también es capaz de entender contextos como lenguaje coloquial, léxico técnico o especializado, chistes e incluso acertijos y adivinanzas cargadas de metáforas y aún así responder correctamente.
¡Simplemente impresionante!